08 Jul Impacto del amianto sobre la salud y cómo controlarlo
Desde nuestra empresa de retirada de amianto advertimos que las fibras de asbesto ni se evaporan ni se disuelven. Estos peligrosos fragmentos de fibras, que entran en contacto con el aire y el agua, ya sea por la erosión de depósitos naturales o por el desgaste de productos manufacturados de asbesto, permanecen además suspendidos en el aire por mucho tiempo. Por si fuera poco, estas partículas son además susceptibles de ser transportadas por vientos y corrientes de agua.
Estas situaciones de alto riesgo no solo impactan sobre el medioambiente de forma muy negativa. También lo hace sobre la salud. Y es que cuando las fibras de asbesto son inhaladas, pueden permanecer atrapadas en los pulmones, causando graves problemas de salud. Pero vamos a ver con más detalle la forma en la que impacta el amianto sobre la salud y cómo controlarlo.
Así afecta el amianto a la salud
El impacto medioambiental del amianto, del que ya hemos hablado en otras entradas, repercute directamente sobre la salud de las personas. Pero ¿cómo lo hace?
Amianto y contaminación del aire: ¿cómo afecta a las personas?
Los individuos que inhalan microfibras de amianto, las cuales acaban llegando a los pulmones, pueden sufrir graves problemas respiratorios. Como resultado, las “víctimas” de este residuo pueden sufrir mesotelioma maligno, cáncer de pulmón (especialmente las personas que suelen trabajar con amianto) o asbestosis, una enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación de fibras de asbesto. La exposición prolongada a estas fibras causa cicatrización del tejido pulmonar y falta de aire.
Amianto y contaminación del agua: ¿dónde está el peligro y por qué se produce?
Ya sea por rotura de tuberías, depósitos de agua construidos con fibrocemento, acumulación de escombros tóxicos o desastres naturales (por mencionar algunos), el amianto puede contaminar el agua potable.
Esta situación de máximo peligro (el amianto en el no se disuelve), se agrava porque la suspensión de las microfibras persisten a lo largo del tiempo, lo que presenta un alto riesgo para la salud a medio y largo plazo. Y es precisamente debido a la exposición y riesgo que suponen actividades como la retirada de las tuberías con amianto, que las mismas deben realizarse por profesionales acreditados.
¿Es realmente peligroso ingerir amianto?
Si bien no existen evidencias científicas de que la ingesta de amianto sea peligrosa (al menos, en bajas cantidades), se deben tomar medidas preventivas debido a la posibilidad potencial de que se puedan producir futuros síntomas.
Tengamos en cuenta, además, la amenaza que supone el amianto tras la liberación de las fibras, por ejemplo, cuando las partículas se desprenden de un bidón o tubo que poseen este residuo en su estructura si se produce algún tipo de rozamiento o daño. Estas acaban desprendiéndose y entrando en contacto con aire, agua y cualquier otro líquido.
¿Cómo afecta el amianto en contacto con la piel?
Un manejo inadecuado del amianto puede derivar en contaminación de suelos y vertederos. Pero es que, además, las personas que viven o trabajan cerca de estas áreas de riesgo también pueden entrar en contacto con las microfibras, por ejemplo, a través de la piel, provocando irritaciones y problemas de salud a largo plazo. Una de las lesiones más comunes son los cuernos cutáneos, que son verrugas localizadas alrededor de fibras de amianto incrustadas en la epidermis.
Medidas de control para mantener el amianto a raya
Por último, recordamos que medidas como el control del impacto medioambiental del amianto pasa por su prohibición, restricción de su retirada y una manipulación altamente especializada por expertos RERA (Registro de empresas con Riesgo de Amianto).
En este sentido, desde Grupo Torres y Ocaña ofrecemos todos los servicios y garantías que deben exigirse a una empresa autorizada de retirada de uralita. ¡Contacta con nosotros!
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